Meng Haoran (689-740) es el gran poeta pastoril de la dinastía Tang. Sus poemas describen la vida solitaria y rural, que con un estilo fresco y natural reflejan su propia actitud mental, más que sus habilidades literarias.
Meng Haoran, destacado poeta de la dinastía Tang. (La Gran Época) |
Meng Haoran nació en una familia tradicional de intelectuales de la literatura y vivió una vida ermitaña asistiendo a su madre enferma hasta los 40 años. Como muchos antiguos ermitaños, Meng pasó mucho tiempo estudiando literatura y practicando el arte marcial de la espada. A veces sembraba verduras y bambúes, pero no para cosecharlos, sino para cultivar su temperamento noble.
Después de un intento fallido de servir al gobierno, pasó la mayor parte de su vida en su solitaria casa; a menudo viajaba para apreciar los paisajes y las escenas naturales del entorno.
Cuando Meng Haoran fue a la capital para tomar el examen imperial, se encontró con otros poetas y cantó poemas durante varios banquetes, ganando rápidamente buena fama en la capital y convirtiéndose en uno de los favoritos del primer ministro y otros funcionarios amantes de la poesía.
Una vez le ofrecieron la oportunidad de presentarlo a los funcionarios de la corte imperial en un importante evento, sin embargo, ese día disfrutó durante horas bebiendo vinos y discutiendo poesía con amigos y decidió faltar a la cita. Con este tipo de actitudes lo catalogaron como un artista que "prefiere el disfrute a la fama", aunque muchos creen que su decisión tiene que ver más con su confianza en poder establecer una exitosa carrera sin tener que recurrir a las recomendaciones.
Tomó por sorpresa a Meng la reprobación del examen imperial y la noticia de que no sería seleccionado para la administración pública. De la frustración, escribió rápidamente un poema culpándose asimismo por no haber trabajado lo suficiente para el examen, sin embargo, el tono se mezcló con el rencor por no haber sido apreciado.
Se dice que cuando un amigo logró presentarlo ante el Emperador, al principio apreció su talento, pero después se disgustó por el tono del poema. En ese momento, Meng comprendió que era tiempo de renunciar a la búsqueda de una carrera en el gobierno.
Meng decidió moverse lejos de la capital y volver a su vida de ermitaño para su bien, expresando en sus escritos su firme determinación de vivir de manera distante y disfrutar de una vida de ermitaño daoísta.
Antes de irse dejó un poema a uno de sus mejores amigos, donde describió la inconstancia de su vida en ese período, expresando su frustración con palabras sombrías pero elogiando a los pocos amigos íntimos con fuertes emociones.
En cierto punto, su desgracia en la búsqueda de servir al gobierno trajo una gran fortuna para los amantes de la poesía pastoril, como muchas de sus obras maestras que fueron creadas después. Sus poemas reflejan el mundo interior de un ermitaño doísta que fue optimista, ingenuo, agradable y natural.
Meng Haoran, junto con su amigo Wang Wei son catalogados como los dos poetas más destacados en la poesía pastoril de la dinastía Tang y sus poemas tuvieron también influencia en la poesía japonesa.
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