Comencé a practicar Falun Gong en 1997. Sigo los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia en mi práctica de cultivación y tengo buena salud, con una mente clara y una conducta recta. Trabajo arduamente y respeto a mis colegas. Tomo en consideración las opiniones de otros cuando trato los problemas de la empresa.
Antes de practicar Falun Gong, recibí muchos regalos por mi situación y mi posición en la sociedad. Tenía un montón de apegos, tales como la competencia, la arrogancia, la vanidad y el fanatismo. Bajo la influencia de los afectos a la fama y al provecho, obtenía y conseguía todo lo que quería. Jamás daba un paso atrás. Por ejemplo, tenía derecho al doble de la ración en comparación a mis colegas. Cada vez que se reemplazaba algo en la oficina, como tazas de té o ceniceros, pedía permiso para llevarme los objetos viejos a casa. El caso más notorio fue el del aspirador de mano de mi oficina, que estaba muy bien fabricado. Al final del año dije que fue dañado y que no funcionaba y me lo llevé a casa. Cada vez que había división de beneficios en la oficina quería siempre la mejor parte y la obtenía. Me peleaba por un aumento de sueldo y para todo lo que me podía aportar un beneficio. Era muy codicioso. A veces, hasta no comprendía el por qué.
Seis meses después de haber comenzado a practicar Falun Gong, comprendí que mi comportamiento pasado era completamente erróneo. En las últimas décadas ya había perdido mucha virtud y debía a mucha gente. Falun Dafa puede cambiar el espíritu de la gente y purificar su corazón por completo. Falun Dafa puede hacer buenas a las malas personas. De este hecho, decidí devolver a mi oficina todo lo que había adquirido de modo inapropiado.
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