Shifu y todos presentes:
Quisiera compartir con todos ustedes mi entendimiento sobre nuestra cultivación y su relación con la rectificación del Fa.
El Shifu explica que “la cultivación es un proceso para despojarse continuamente de los corazones de apego del hombre”. También explica –con el ejemplo de la botella llena de cosas sucias- que cada vez que eliminamos algunas de nuestras cosas malas, ocurre un cambio sustancial en nosotros, es decir, una capa de nuestros cuerpos es asimilada al cosmos, porque esa parte ya cumple con el estándar. Según la Escuela Dao, el cuerpo humano es un pequeño universo. Este pequeño universo también necesita ser rectificado, para así poder asimilarse al estándar del nuevo cosmos. Entonces, con cada cosa mala que eliminamos de nuestros cuerpos, una capa de nuestro universo es rectificada. Para eso debemos cultivarnos. Es decir, la rectificación de este pequeño universo depende directamente de nuestra cultivación.
Las cosas sucias son los apegos, las nociones humanas y todo aquello que no pertenece a nuestras naturalezas originales. Pero estas cosas, ¿cómo se formaron? ¿No se formaron en el viejo cosmos? Entonces hay que rectificarlas. Si además tomamos en cuenta que en nuestros casos, todo fue arreglado por las viejas fuerzas (así lo explica el Shifu en la conferencia de Florida, en enero de 2002) entonces definitivamente debemos rectificarlas. Y la forma de rectificarlas es cultivándonos. Por supuesto, el gong –y el proceso de la rectificación- dependen del Shifu, pero la cultivación depende enteramente de nosotros. Cada vez que eliminamos un apego, estamos a la vez eliminando a las viejas fuerzas, y de esta manera, rectificando nuestros universos y a los prodigiosos Fa e innumerables seres que hay en ellos.
Pero no sólo nuestros apegos, sino todos los aspectos de nuestra vida –nuestras habilidades y debilidades, nuestros trabajos, nuestro carácter, nuestra situación económica, el país en que vivimos e incluso nuestros nombres- son todos arreglos de las viejas fuerzas. Incluso muchas cosas que se nos han vuelto naturales y que creemos parte de nuestra personalidad, también son arreglos de las viejas fuerzas, y entonces pueden interferir con nuestra cultivación y por ende, con nuestra rectificación. Por ejemplo, yo siempre fui una persona callada, de pocas palabras. Esto podría considerarse sólo un rasgo de mi carácter, ni necesariamente bueno ni necesariamente malo. Pero a la hora de aclarar la verdad, por ejemplo, se convertía en un obstáculo, y como tal, debía ser eliminado. Antes, si alguien me preguntaba sobre la persecución, yo contestaba con pocas palabras, explicando muy vagamente qué es Falun Dafa y por qué está siendo perseguido, por eso, a la gente no le quedaba muy en claro la verdadera situación en China. Pero al leer la conferencia del Shifu, me di cuenta que ese rasgo de mi carácter en realidad era un arreglo de las viejas fuerzas para que yo no pudiera aclarar la verdad como corresponde, o sea, era una interferencia. Cuando me iluminé a esto, entendí que todo, hasta los pequeños detalles de mi vida –y no sólo los de esta vida-, son arreglos de las viejas fuerzas, y que por lo tanto no debía reconocerlos.
¿Pero qué hacer si hasta el color de mi piel es un arreglo? La respuesta es una sola: poner el Fa en primer lugar. Esto es algo que el Shifu repite en varias conferencias. Si en cada cosa que hacemos -especialmente al hacer las tres cosas que como discípulos de este período debemos hacer-, siempre tenemos en la mente quiénes somos realmente, para qué estamos acá, y qué es lo que debemos hacer, entonces estaremos dejando atrás todos los elementos viejos y utilizando sólo nuestra parte cultivada. Así sea poco o mucho, a un alto o a un bajo nivel, al actuar con nuestro lado cultivado –el que ya ha sido rectificado- todos cumplimos el estándar y nos estaremos manejando con el Fa a nuestro nivel, que por más alto o bajo que sea, es un Fa recto, y un pensamiento recto elimina cien perversidades.
Este es un mundo de ilusiones, un espejismo. Aparentemente somos personas comunes, trabajamos, estudiamos, hacemos ejercicios para mejorar la salud y defendemos los derechos humanos. Pero no es realmente así. Esto es un laberinto, un laberinto construido por las viejas fuerzas. Aunque aprovechamos las dificultades para cultivarnos y utilizamos nuestras habilidades y los medios comunes para aclarar la verdad, no debemos reconocer nada de este mundo, porque todo fue arreglado por las viejas fuerzas, y todo interfiere. ¿Quienes somos? Somos discípulos de Dafa del período de rectificación del Fa. Todo lo demás, no es real.
Si estudiamos el Fa y tenemos siempre en mente los principios de Zhen-Shan-Ren, entonces todos esos elementos viejos serán eliminados naturalmente, y por cada uno de ellos que es eliminado, una capa de nuestro universo es rectificada. Al hacerlo todos juntos, -trabajando en equipo para aclarar la verdad, o compartiendo entendimientos y experiencias como en este Fahui- estaremos rectificando no sólo nuestro universo, sino un inmenso cuerpo cósmico, un cuerpo cósmico formado por millones de universos a diferentes niveles.
Porque en definitiva, somos un cuerpo.
Esto es sólo mi entendimiento…
Gracias Shifu, gracias compañeros practicantes.
*Shifu: shi: maestro, fu: padre. Título con el que los discípulos llaman respetuosamente al maestro de su vía de cultivación.
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