Discutiendo unas pocas palabras sobre la “cultivación” falsa

Al mencionar que una cultivación es falsa, algunos practicantes ya pensarán que estás artificialmente creando conflictos. En realidad, las bases sobre las que todos discutimos estos problemas son un poco diferentes de aquellas de pocos años atrás. Anteriormente discutíamos sobre como criticar a otros, pero ahora pensamos en cómo cultivar y rectificarnos a nosotros mismos.

Algunos practicantes piensan: "Tan pronto como quiera cultivarme genuinamente con mi corazón, ya seré un practicante verdadero". Actualmente esta clase de entendimiento no es muy razonable. Esto fácilmente resulta en que uno disminuya sus propios requisitos y se cree actitudes de pereza y descuido. De hecho, hay muchas personas que quieren “cultivarse” pero que al final no tienen éxito en la cultivación. Estrictamente hablando, estos no son verdaderos practicantes, especialmente en este tiempo cuando nos estamos “cultivando” en Dafa; aquellos que fallan tienen sus propias razones.

Hay varias situaciones de “cultivación” falsa. El caso más simple es cuando los espías se infiltran en los grupos de practicantes. Al menos esta clase de individuo entiende que él mismo no es un practicante real. Después, están esos que no son diligentes. El Maestro menciona en Un diálogo con el tiempo (Escrituras esenciales para mayor avance) que tales practicantes están apegados a los asuntos humanos, sin la voluntad de dejarlos ir y son incapaces de hacer un progreso diligente. Tales practicantes se cultivan, pero al final puede que no alcancen el nivel de ser humano.

Sin importar cuanto esfuerzo el practicante sienta que ha puesto en su cultivación, en los momentos cruciales ubica los requerimientos del Fa detrás de sus nociones humanas. Hablando estrictamente, esto es también una cultivación falsa. Sin embargo en tal instancia, una vez que lo comprenda, se volverá un practicante verdadero.

Existe otro tipo de cultivación falsa que no es fácil de detectar. Es cuando alguien aparenta ser como oro y jade en la superficie, pero en realidad por dentro está podrido. En términos de apariencias, él parece estar cultivándose más diligentemente que muchos otros, pero su vida entera está de hecho arreglada por las viejas fuerzas para hacer daño. Si no tiene clara esta cuestión, entonces su conciencia principal no podrá negar y romper estos arreglos y así se atraerá inconscientemente su propia caída.

Durante la cultivación, somos incapaces de distinguir quien se está cultivando verdaderamente y quien no. El estándar de un practicante verdadero no es algo que podamos lograr simplemente pensando en eso. En mi opinión, cuanto uno más se cultiva, más fácil debería ser, tanto más su corazón se relajaría y calmaría y las nociones en su mente se volverían cada vez menos. En cambio, si nos hemos cultivado por algunos años y el cambio en nuestro xinxing es pequeño, deberíamos preguntarnos a nosotros mismos: "¿soy un practicante verdadero?", "¿actuaría un verdadero practicante como lo hago yo?". Tal vez esto te conduzca a tener un sentido de urgencia y a estar en crisis. Al menos, es mejor que aquellos que piensan que están en un buen estado de cultivación. Por lo menos, esto nos haría calmarnos. La debilidad fatal de las viejas fuerzas es que ellos siempre piensan que los demás no son lo suficientemente buenos, mientras que ellos mismos no son malos. La cosa más preciada de los practicantes, es que en toda circunstancia son capaces de cultivarse y rectificarse a sí mismos. Ellos están constantemente observando sus propias debilidades y reflejándose en sus apegos. Esto de hecho ya está elevando el nivel de uno.

En realidad, pese a la situación, es posible para los practicantes falsos volverse practicantes verdaderos. La cuestión crucial es encontrar los apegos de uno y tomar la iniciativa para desprenderse de ellos. La cultivación falsa en si misma no es de temer. Lo que es de temer es que uno no se de cuenta de sus faltas y continué perdiendo el tiempo manteniéndose esta falsa percepción. Una vez que pierdes esta oportunidad que viene una vez en miles de años, ya es demasiado tarde para arrepentirse.