Uno de mis profesores universitarios es un viejo docente alemán, muy meticuloso y experto en idioma chino. En Alemania es altamente respetado como traductor de idioma chino. Debido a que trabajó gran parte de su vida en el departamento de gobierno de la ex-Alemania del Este, está muy familiarizado con el control mental que los países comunistas ejercen sobre su gente y está muy en contra de ello. Por un lado, sabe que Falun Gong es perseguido brutalmente en China, aunque por otra parte no conoce mucho sobre Falun Gong. Descubrí todo esto no mucho después del comienzo del último semestre. En una clase de traducción chino-alemán, un estudiante alemán hizo una pregunta sobre la persecución de Falun Gong. El profesor frunció el ceño y dijo, "Donde quiera que vea un volante de Falun Gong, lo arrojo a la papelera". Después de la clase, le escribí una carta, explicándole por qué nosotros repartimos volantes. Le hable sobre el ejemplo de tres amigos míos en Beijing que fueron perseguidos, explicándole que bajo tales circunstancias y siendo uno una persona con sentido de justicia, no puedo quedarme sentado sin hacer nada. También le pedí, que si no quería leer sobre Falun Gong, tan sólo no aceptara el volante, debido a que nosotros pagamos de nuestros propios bolsillos para poder imprimirlos. Hemos persistido por cuatro años y no es fácil, pero tenemos la esperanza de que pese a nuestro limitado poder y recursos, más personas puedan aprender la verdad sobre Falun Gong. Llegue tarde a la siguiente lección, pero cuando entré, me dirigió una sonrisa. Sus ojos estaban brillando y su sonrisa era radiante, aunque usualmente él fuera muy serio.
Era el examinador principal para el examen oral de fin de semestre. Yo era el último estudiante para el examen. Me hizo preguntas sobre la diferencia entre el idioma chino y el alemán. Eran preguntas que yo no me esperaba. Todavía él se enfocó en mi laguna y continuó haciéndome más preguntas. Pero rápidamente me calmé y conteste las preguntas claramente recurriendo a unos pocos ejemplos ingeniosos. Después del examen, los dos profesores me dijeron que esperara fuera mientras ellos discutían que nota me asignarían. Normalmente esto toma dos o tres minutos, pero antes de que me hubiera sentado, el examinador asistente -un profesor chino-, me llamó para que pasase. Al entrar, el alemán experto en chino me sonrió y dijo: "parece que practicar Falun Gong te ha ayudado a permanecer calmado." El maestro chino también me señalo y dijo: "¡Excelente!" De los cinco estudiantes examinados me dieron la mayor puntuación.
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