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Los responsables de la “oficina 610” y otros amenazan con enviarla de nuevo a prisión
La practicante de Falun Gong Wang Xia, de 33 años de edad, y natural de Bayannaoermeng, en Linhe, Mongolia Interior, ha sido torturada en la prisión de Hohhot hasta quedar en estado de coma. No le quedaban más que piel y huesos. Sus verdugos pensaban quemarle viva para eliminar las pruebas.
El incidente ha tenido repercusión en los medios de comunicación a nivel internacional. Numerosas personas condenaron a los responsables de la “oficina 610” de Linhe, a la policía y al departamento judicial, que después visitaron a Wang Xia, según decían por simpatía, y la amenazaron con enviarla de nuevo a prisión para “cumplir el resto de su pena de cinco años”.
Esto llevó a Wang Xia caer en estado de coma. Como no puede ocuparse de sí misma, sus padres y su hermana se ocupan de ella. Lloran cada día de pena y de indignación.
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En el vídeo aparece Wang Xia con su imagen actual. Ella cuenta en persona su experiencia, habla de Falun Gong y explica por qué decidió hablar públicamente de la persecución de Falun Gong. Revela también algunas de las torturas a las cuales estuvo sometida durante su detención.
Varios días después de que los sitios web Minghui y Sabiduría Pura hicieran público la manera en que Wang Xia había sido torturada, el jefe de la “oficina 610” local y Wang, el jefe del departamento de policía, fueron a casa a visitarla y le llevaron leche en polvo, al parecer querían "consolarla". Preguntaron repetidas veces quien la había visitado y había hecho las fotos que habían sido publicadas en Internet. Añadieron que el 26 de septiembre finalizaba el plazo de los tres meses autorizados para estar en libertad, y le amenazaron con enviarla de nuevo a prisión “para cumplir el resto de su pena”.
El hijo de Wang Xia, que tiene cuatro años, señaló con el dedo a ambos responsables diciendo: “¡Ustedes, malos! Ustedes hicieron daño a mi madre, es por ello que está en este estado ahora”.
Wang Xia, que hasta ese momento se hallaba inconsciente, repentinamente se despertó y con una voz débil pidió que se hiciera liberar sin condición a todos los practicantes encarcelados de Dafa. Después de haber acabado la frase en seguida perdió el conocimiento.
Estos responsables dijeron que Wang Xia tenía el espíritu claro y que debería regresar a prisión.
Se dice que los responsables de la "oficina 610" de Mongolia Interior y el jefe del departamento judicial van a ir a Linhe para negociar el caso de Wang Xia. Wang Xia y su familia podrían pues ser el blanco de otras persecuciones.
Después de publicar en Internet las fotos de Wang Xia con el cuerpo tan estropeado, pues está literalmente en piel y huesos, la gente se quedó muy impresionada. En efecto, estas fotos recuerdan los documentales históricos del holocausto donde se veía a la gente extremadamente flaca colocada en los hornos crematorios en los campos de concentración nazis.
Antes de su puesta en libertad, Wang Xia había estado sometida a la tortura por alimentación forzada durante dos años y tres meses. Durante este período, también había sido electrocutada a base de porras eléctricas y atada a la cama los cuatro miembros en X. Podemos ver en el vídeo la señal de las cuerdas que rajaban sus piernas. Los responsables dejaban los tubos de goma en su estómago durante períodos prolongados y los retiraban para enjuagarlos simplemente cada dos semanas. Wang Xia estuvo al borde de la muerte repetidas veces.
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Durante su encarcelamiento, por negarse a abandonar sus convicciones, los responsables perdieron la paciencia y gritaron: “Tenemos que echarla al horno crematorio para deshacernos de ella”. El jefe de la "oficina 610" dijo: “El relato de su experiencia ha sido publicado en Minghui, por lo tanto, no podemos dejarla morir en la cárcel. Avisen a su familia para que la lleven a casa. Si muere allí, diremos que se suicidó”.
El médico de la cárcel dijo que Wang Xia viviría sólo dos o tres días más, hasta trató de extorsionarle 2.000 yuanes, pero fue en vano.
En el camino hacia la casa, los verdugos le administraron sustancias desconocidas. Varias horas después de haber llegado a casa, entró en un estado muy crítico. Aunque intentaron reanimarla con un tratamiento urgente, su estado se agravó y continuó zozobrando en coma cada vez más profundo.
Cuando los responsables de la prisión y de la “oficina 610” acompañaron a Wang Xia a su casa, forzaron a su familia a firmar un escrito de “garantía que no practicaría más”. Este escrito contiene las siguientes declaraciones: “No aceptar más entrevistas; no llevar a Wang Xia a ningún médico fuera de Linhe y menos a Pekín; no contactar con otros practicantes de Falun Gong ni ir a apelar”.
Antes de ser condenada a siete años de prisión, Wang Xia, ya había estado detenida en un campo de trabajos forzados. Su madre también había sido enviada a un campo por haber persistido en su práctica de Falun Dafa. Los verdugos buscaron su domicilio y le hicieron pagar varias multas. Su familia se ha quedado sin recursos después de todo el dinero que se les ha extorsionado. Durante dos meses cuando estaba en su casa, Wang Xia estuvo a punto de morir muchas veces. Volvió a su casa y debió dejar el hospital porque su familia no tenía bastante dinero para pagar las facturas médicas.
Versión en chino disponible en:
http://www.minghui.org/mh/articles/2004/9/13/84039.html
Versión en inglés disponible en:
http://clearwisdom.net/emh/articles/2004/9/15/52465p.html
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