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Durante una noche de julio de 2001, la policía llevó a varios practicantes de Falun Dafa a la comisaría de Yuegezhuang donde de cinco a seis policías emplearon medios crueles e innobles para tratar de forzar a los detenidos a admitir crímenes que no habían cometido.
Un policía me dio puñetazos en el estómago, utilizó garrotes de madera y goma para golpearme en las rodillas y las piernas e incluso utilizaron porras eléctricas para electrocutarme. Emití pensamientos rectos de modo que se olvidaron a veces de mí y se electrocutaron el uno al otro. Me esposaron las manos a la espalda de una silla. Luego, pasaron un palo por las esposas, cogiendo una extremidad del palo en el brazo de la silla y apretaron la otra extremidad con tal fuerza que me hicieron gritar tanto de dolor que mi voz llenó el cielo nocturno.
Lo más horrible fue la manera en la que humillaron a las practicantes. Aquella noche, se llevaron mis pantalones para humillarme. Uno de ellos, el jefe de la comisaría de policía, me pellizcó los pezones con malevolencia. Les dije a estos degenerados: "¿Sois todavía seres humanos o sois bestias por hacer esto? Tenéis madre o hermana?"
Versión en chino disponible en:
http://www.minghui.ca/mh/articles/2004/10/8/86084.html
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