Sólo habían pasado cuatro horas desde su llegada y la visita del presidente Hu Jintao ya había provocado un revuelo más grande que el que hicieron los 65 autos que utilizó su comitiva para trasladarse desde Ezeiza hasta las 158 habitaciones que ocuparon en un lujoso hotel de Puerto Madero. Es que además de cientos de valijas —hubo que ponerlas en un camión— la delegación incluyó hasta un "grupo de choque" que revoleó patadas y trompadas y terminó con un joven chino demorado.
El problema comenzó cuando cuatro argentinos y una mujer china de Falun Dafa, una práctica que combina ejercicios con meditación, intentaron protestar contra la prohibición que en China existe [...]. Eran las cuatro y hasta entonces el pequeño grupo permanecía en silencio frente al hotel Hilton, sin que nadie les prestara la más mínima intención.
De pronto, desde los pasillos del hotel comenzó a formarse lo que podría denominarse como un "grupo de choque". Desde hombres de traje hasta varios jóvenes con sus cabellos teñidos se abalanzaron sobre los Falun Dafa para robarles un pasacalle, única señal que los delataba.
La escena parecía una película de Bruce Lee. Volaban patadas y trompadas. Un hombre chino, con traje negro de seda tramada y camisa azul eléctrico, logró escapar en taxi con la bandera de Falun Dafa. Desconcertados, los efectivos de la Prefectura no sabían cómo reaccionar.
En la revuelta, alguien de Falun Dafa perdió un bolso y un celular, y dos de sus seguidores acabaron con varias heridas. Peor suerte tuvo Elsa Ramírez: fue mordida. La "comitiva de bienvenida" del presidente chino terminó con uno de sus jóvenes luchadores arrastrado de los pelos hasta un camión de la Prefectura, pero fue liberado apenas "se tranquilizó", según informaron oficialmente.
Más risible fue el percance de la llegada de Hu Jintao. La escalerilla que arrimaron al Jumbo con más de 300 pasajeros no llegaba hasta la puerta. Debieron buscar a las corridas otra apropiada.
Cinco horas después, Hu Jintao abandonó su habitación de 375 metros cuadrados, tres baños y vista a la Reserva Ecológica para reunirse con Néstor Kirchner. Frente al hotel, sólo se podía ver el cartel de bienvenida.
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