)
BRUSELAS (EFGIC) - Un industrial chino reveló la existencia de una vasta red de espías del servicio secreto chino en Europa. Esta revelación es similar a las de dos desertores en Australia y en Canadá, sobre la presencia de un millar de agentes chinos que operan en estos países, entre los que muchos se refieren particularmente a los que practican Falun Gong.
El agente que estuvo activo en universidades y empresas europeas durante más de diez años, dio a las autoridades belgas una detallada información sobre los centenares de espías chinos que trabajaban en diferentes niveles de las organizaciones europeas. Según las declaraciones de los "desertores", se han iniciado investigaciones en varios países europeos.
El Partido Comunista chino habitualmente presiona a las personas de origen chino que tienen intereses familiares o asuntos en China continental para obtener y transmitir la información que Pekín considera útil. Otros son profesionalmente reclutados en China y luego diseminados en el mundo entero. La naturaleza de la información va desde los proyectos de productos de alta tecnología a las actividades de los practicantes de Falun Gong en el extranjero y sus datos personales. La red de espías parece estar estrechamente coordinada por las embajadas y los consulados chinos.
Sabemos que los practicantes de Falun Gong están al corriente de espías chinos en occidente. Miles de ellos recibieron amenazas telefónicas, han sido hostigados en los consulados chinos y fichados en la "lista negra" por Pekín. Se paga a estudiantes chinos para que se infiltren entre los practicantes de Falun Gong y vigilen sus actividades. En Bélgica una querella está en proceso contra el Partido Comunista chino por hostigamiento telefónico a los practicantes de Falun Gong.
Que este valiente "desertor" se haya atrevido a hablar del sistema de espionaje del gobierno chino indica que el viento cambia. ¿Quién lo creería posible después de las campañas de terror y engaños lanzados por el PCC en estas últimas décadas? Sin embargo cada vez más ciudadanos chinos están dispuestos a superar su miedo para defender la justicia y denunciar los crímenes de este régimen de crápulas.
Es lamentable que los medios de comunicación del mundo hayan callado estos últimos años frente a los abusos de los derechos humanos incesantemente crecientes en China. Muchos gobiernos no se atrevieron a alzar la voz contra la masiva campaña de detenciones, deportaciones y torturas y el lavado de cerebro de ciudadanos chinos inocentes, por temor a las repercusiones diplomáticas. ¿Qué pasará cuando mañana cada vez más ciudadanos de China continental y chinos en el extranjero, hartos del abuso de poder que les ha sido impuesto para engañar a la sociedad, descubran que han sido forzados, a espaldas de la sociedad occidental, a sabotear estos mismos intereses económicos? ¿Cómo se atreverán estos medios y estos gobiernos a hacer frente a la población china históricamente reprimida cuando suceda que esta comunidad -que ha sido privada de toda libertad de prensa y controlada por el miedo durante décadas- tenga más coraje para levantarse contra la injusticia y la propaganda controlada por el gobierno que los que viven en países libres? Estas recientes deserciones en Bélgica, en Australia y en Canadá son la punta del iceberg de lo que está por venir.
“Pedimos insistentemente a los medios de comunicación y a los gobiernos de todos los países libres que investiguen la infiltración del Partido Comunista chino ampliamente difundida en sus sociedades y la persecución de los practicantes de Falun Gong que se efectúa en sus propios países pretendidamente libres” dijo Peter Jauhal, portavoz del Centro Europeo de Información de Falun Gong. «Los medios de comunicación y los gobiernos deben también dar cuenta de la brutal persecución, la tortura y el homicidio de los practicantes de Falun Gong que sucede en China.»
Otros contactos: http: // www.falungonginfo.net / europe.htm
* * *
Se autoriza la impresión y circulación de todos los artículos publicados en Clearharmony y su contenido, pero por favor cite la fuente.
Más ...