Un joven practicante: Finalmente tuve el coraje de admitir mis errores

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Soy un practicante de Dafa de Taiwán. Este año, estoy en el tercer curso de la escuela primaria. Cuando estaba en el segundo, hice verdaderamente algo malo. Mi corazón todavía no se ha recuperado de eso. A través del estudio de la Ley y la eliminación de mis apegos, finalmente admití mi error. Lo que a continuación detallo es lo que yo he aprendido:

Cuando estaba en el segundo curso, estuve a punto de poner mi dinero en común con un compañero de clase, para comprar algo en la tienda. Pero mi compañero de clase se volvió de repente ávido y pensó que era mejor robarlo. En aquel momento, me pareció que eso tenía gracia. No sólo no detuve a mi compañero de clase, sino que colaboré con él a robar el juguete que queríamos comprar juntos. Con mi comprensión más profunda de la Ley del Maestro, sé que debo seguir los principios de "Verdad, Benevolencia y Tolerancia”. Aunque estaba lleno de pesar con lo que había hecho, jamás tuve el coraje de admitir mi error. A través del estudio de la Ley y la práctica de los ejercicios, me sentía cada vez más incómodo con lo que había hecho. Cada vez que pensaba en ello, me sentía perturbado, pero un día, saqué fuerzas de flaqueza y le conté a mi madre lo que había hecho.

Lo que me sorprendió es que mi madre no estaba furiosa en absoluto, y me animó a sobreponerme. Quería que utilizara el dinero de mi bolsillo para rembolsar la pérdida que había sufrido la tienda. Mi mamá tenía sólo una explicación. Me dijo que porque estudiaba

Dafa había comprendido que estaba equivocado. Me dijo también que debía validar la bondad de Dafa excusándome ante el director de la tienda.

Acompañado por mi compañero de clase, saqué fuerzas de flaqueza y llegué a la tienda. Como tenía miedo, me precipité en mi explicación a la empleada, diciéndole que había robado algo y le di mi reembolso y me fui. No le expliqué que por haber estudiado Dafa había entendido que lo que había hecho no estaba bien.

Después de haberle contado a mi madre mi experiencia, me preguntó: ¿acaso ahora te sientes mejor? Y yo le respondí: "todavía me siento algo incómodo”. Entonces mi mamá me respondió: "eso es porque no llegaste a explicar todo claramente. Tu conciencia todavía siente el pesar. Piensa claramente en lo que deberías hacer”.

Comprendí que debo ser responsable de mi propio comportamiento. Saqué fuerzas de flaqueza de nuevo para excusarme ante la señora de la tienda. Me expresé claramente y le di un folleto de clarificación de la verdad. Ahora, me siento mucho mejor. Sé que practiqué la "Verdad".

A partir de ahora, seré un buen chico y practicaré siempre "Verdad, Benevolencia y Tolerancia".

Versión en chino disponible en:
http://minghui.ca/mh/articles/2005/6/19/104351.html

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