Dos hermanas de la ciudad de Jiamusi no pueden ocuparse de sí mismas como consecuencia de malos tratos y torturas

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Fui detenida en el 2003 después de que informadores me denunciaran a la policía. Los oficiales del puesto de policía de Yong'an y algunos del departamento de policía de la ciudad de Jiamusi me llevaron al centro de detención. Mi hijo aun no había cumplido los diez años y mi marido murió hace varios años. Abandonado en la casa sin vigilancia, mi hijo quedó mentalmente traumatizado.

Me inyectaron drogas que dañaron mi sistema nervioso central. Comencé a perder la memoria y ya no podía mover los brazos, las piernas, las manos o los pies. Ni podía recordar como era mi hijo. Mi cuerpo entero quedó paralizado y no podía ver nada claramente. Incluso en estas condiciones físicas, las autoridades fueron más lejos y me han condenado a tres años de prisión. Pero los representantes de la prisión se negaron a aceptarme porque estaba paralítica.

Después de un examen, se confirmó que sufría de neuropatía en el sistema nervioso periférico. Rechazada por los dirigentes de la prisión, fui retenida durante más de un mes después de haber sido devuelta al centro de detención. Mi familia pidió mi liberación con insistencia. Preguntaron a las autoridades de la policía cómo habían podido maltratar a una persona que estaba en buena salud hasta este punto. Las autoridades no pudieron encontrar respuesta y me dejaron ir.

No podía ocuparme de mi misma a causa de la parálisis. Mi hijo debía ir a la escuela y no teníamos ninguna fuente de ingreso. Los miembros de mi familia fueron a la oficina 610, al instituto de reeducación de trabajos forzados y al comité político y judicial para pedirles liberar a mi hermana menor que ilegalmente fue detenida en un campo de trabajos forzados, para que pueda ocuparse de mi hijo y de mí misma. Sin embargo, los dirigentes de estos organismos se refirieron unos a otros y ninguno dio una respuesta afirmativa.

Mi hermana fue enviada a un campo de trabajos forzados dos veces desde 1999, estuvo allí durante más de cinco años. Sufrió toda clase de torturas inhumanas en el campo de trabajo simplemente por haberse negado a abandonar su creencia en Falun Dafa. No puede tampoco ocuparse de sus necesidades personales diarias y está en una condición muy debilitada. Cuando está de pie, sus dos piernas tiemblan. Puede mover solamente los brazos.

Versión inglesa disponible en:
http://clearwisdom.net/emh/articles/2005/10/13/65828.html

Versión en chino disponible en:
http://minghui.org/mh/articles/2005/8/13/108290.html

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