El ser compasivo es dar y esparcir semillas, y eso es considerado generosidad. Ello incluye el pensar primero en las preocupaciones de los demás antes que en las tuyas, y en alegrarse cuando otros disfrutan. Una persona de gran compasión hará del traer alegría a los demás su deber. Ella lo abarca todo. Acepta el dolor como regocijo, permanece con la cabeza en alto, y trae alegría a aquellos en su vida presente y en las vidas de aquí en adelante.
Cuando el compasivo considera las miserias de los demás, él le permite a estos ocupar su propio espacio. Tanto más considera a los otros, más aún les permite entrar. Por la tanto, el camino del compasivo se amplía a lo largo del sendero, y entonces se convierte en uno con el cielo y la tierra.
La motivación del egoísta es el tomar y retener. Él codicia lo que le pertenece a los demás. Él hiere al público para su propio beneficio. Este le pasa sus problemas a los demás, y sus deseos nunca serán completamente saciados. Él regocijo individual del egoísta está en el dolor de los demás, y se lamenta del regocijo ajeno. Él no puede dormir ni comer con satisfacción. Incluso en sueños se preocupa por la disminución de sus ganancias, y estos están llenos de problemas. Este se siente gratificado por las pocas ganancias que obtuvo, y siente dolor por las pocas cosas que perdió. Él hace daño física y mentalmente, y no tiene futuro. Un individuo egoísta siempre piensa en si mismo. Este le niega su espacio a los demás pero se apodera del de los otros. Pero esto disminuye su propio espacio. Su espacio se hace más pequeño y su camino se angosta a medida que lo va andando. Finalmente, él pierde todo el espacio para sí mismo.
Como dice el viejo dicho chino: Si das un paso atrás, el cielo se abrirá para ti Este paso es como una batalla entre la compasión y el egoísmo. La compasión da un paso atrás, y el egoísmo da un paso adelante. Cuando das un paso atrás parece como si perdieras terreno, pero de hecho tú estás ofreciendo terreno a los demás y ganando un espacio para ti mismo, por lo tanto sientes que el cielo se abre. Si das un paso adelante, parece como si estuvieras ganando terreno, pero de hecho estás tomando el de los otros y reduciendo el tuyo. Por lo tanto te sentirás pesimista y sombrío.
La compasión y el egoísmo son como el cielo y el infierno para la mente. Ser compasivo o egoísta es una decisión de cada individuo, y esta determina su futuro. ¡Si te decides por la compasión, habrás elegido al cielo! ¡Si te decides por el egoísmo habrás elegido el infierno!
Versión en chino disponible en: http://www.zhengjian.org/zj/articles/2003/6/27/22257.html
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