La Oficina 610 del Partido Comunista Chino (PCCh) me encerró en el Campo de Trabajos Forzados de Mujeres Nº 2 de la provincia de Shandong (Campo de Trabajos Forzados Wangcun en la ciudad Zibo). Estoy revelando algunas historias internas sobre este campo de trabajos forzados a fin de que más personas conozcan cómo las practicantes de Falun Gong han sido torturadas y que la gente entienda mejor la naturaleza depravada del PCCh.
Los oficiales del Campo de Trabajos Forzados Wangcun castigan firmemente a las practicantes de Falun Gong forzándolas a sentarse durante todo el día en banquetas mientras que al mismo tiempo las colaboradoras intentan "reformarlas". Si las practicantes rechazan ser reformadas, les prohíben dormir. Debido a que yo no podía tolerar la privación de sueño cedí y les permití "reformarme".
Este campo tiene un sótano donde los guardias de la prisión encierran a aquellas practicantes que no son "reformadas." Una vez un guardia de la prisión me pidió ir por un poco de agua. Cuando abrí la puerta, vi a una practicante colgando en una pared. Su cabeza estaba envuelta salvo sus ojos. Estaba aterrada. Ella clavó sus ojos en mí. No sabía quien era.
Anteriormente estuve detenida en la División Quinta. Una vez de camino al baño vi varios médicos tapando la boca de una practicante para que no pudiera gritar. Posteriormente me dijeron que ella rechazó ser "reformada" y saltó fuera de un edificio y se hirió a si misma. No sé qué le sucedió después de eso.
Posteriormente estuve detenida en la División Segunda, donde vi a muchas practicantes que rechazaron ser "reformadas" sufriendo torturas. La Sra. Sun Yuzhen creía en el Shifu y gritaba, "Dafa es bueno" todos los días. Los guardias de la prisión la ataban junto al cuarto de baño. Ella sólo llevaba puesta una camisa fina. Su cabeza estaba atada cerca de la ventana. El frío de la ventana norte soplaba sobre su cabeza. Una vez un guardia de la prisión me dijo que fuera a "reformarla". Tan pronto como la vi nos abrazamos y lloramos. Los guardias de la prisión dijeron que no me dejarían ver tales escenas en el futuro. Después de regresar a mi celda, las otras practicantes y yo comenzamos a enviar pensamientos rectos para eliminar las depravadas fuerzas, para que dejaran libre a Sun Yuzhen. Sun preferiría haber muerto que ser "reformada." Al final ella apenas podía levantarse.
Young Guili era una chica soltera. Debido a que persistió firmemente en su creencia en Shifu y rechazó ser "reformada," estaba encerrada en un cuarto oscuro todo el tiempo. Además ya no podía levantarse. Tampoco se qué le sucedió.
Wang Qing también permaneció firme al Shifu y rechazó ser "reformada." Tampoco sé su paradero.
Había otra practicante. No sabía su nombre. También rechazó ser "reformada" y se puso en huelga de hambre. Ella no podía levantarse. No se dónde está ahora.
Chen Aiyun también sufrió toda clase de torturas. Los guardias de la prisión la ataron junto al cuarto de baño para dejar que el viento frío del norte soplara sobre ella. Los guardias vertían agua en el suelo en invierno. Cuando sus zapatos estaban mojados se los quitaban y la obligaban a estar de pie en el suelo descalza. Sólo llevaba puesta ropas ligeras. Mi corazón se hirió viéndola sufrir así.
Wang Fuling rechazó ser "reformada." Cuando no podía terminar el trabajo que le daban en la clase. Las presas drogadictas la golpeaban brutalmente.
Zhang Wanxia rechazaba hacer los trabajos que le daban en clase. Las presas drogadictas la golpeaban hasta que perdía el conocimiento. Los guardias la encerraban dentro de un pequeño almacén debajo de la escalera. Escuchando esto, lloraba en clase y regañaba a aquellas drogadictas. Como resultado, algunas "colaboradoras" me denunciaron. Los guardias de la prisión me encontraron. Le dije, "Somos compañeras practicantes. Me sentía dolida." Zhang Wanxia ya no podía soportar la tortura. Encontré algunas oportunidades de hablarle, "Debes continuar viviendo. ¡No dejes que el Shifu se preocupe!" Ella dijo, "conforme." A partir de entonces, logró aguantar la tortura.
Los oficiales del Campo de Trabajos de Mujeres Wangcun también torturaban a practicantes forzándolas a continuar trabajando durante 18 horas al día, desde las 4:00 a.m. hasta las 10:00 p.m. Las practicantes eran presionadas mental y físicamente.
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