Este modismo chino significa que la mala suerte a veces se convierte en buena suerte y la buena suerte a veces puede ser mala.
El anciano en la frontera perdió su caballo. (Photos.com) |
La historia apareció originalmente en el libro Lecciones de Humanidad, que fue escrito por Anshi Liu, de la Dinastía Han Occidental (206 a.C.-23 d.C.).
Había una vez un anciano que vivía en la frontera norte de China. Era muy bueno con la cría de caballos y se le conocía por ser un experimentado criador de caballos.
Un día desapareció uno de sus caballos. Los vecinos lo sintieron mucho por él y fueron a consolarlo. Pero el anciano no estaba triste en absoluto y dijo a los vecinos: "Perdí mi caballo, pero la pérdida puede resultar ser algo bueno".
Varios meses después, su caballo regresó con otro caballo que era aún mejor y los vecinos fueron a felicitar al anciano al enterarse de la noticia. El anciano criador de caballos vio el suceso de nuevo de forma diferente:"Esta ganancia puede no ser buena suerte, puesto que al final puede resultar ser una desgracia". Extrañamente tuvo razón de nuevo.
El anciano tenía un hijo que le gustaba montar a caballo. Un día, su hijo estaba montando el caballo nuevo, se cayó y se rompió una pierna. Los vecinos fueron otra vez a consolarlo y el anciano dijo calmadamente esta vez: "Mi hijo se ha roto la pierna, pero es difícil decir que no es un incidente afortunado".
Los vecinos no podían entender sus palabras y pensaron que había perdido la cabeza. Poco después de eso, pidieron a todos los jóvenes que fueran a la guerra y muchos murieron en las batallas. Como el hijo del criador tenía la pierna rota, no fue enviado a la guerra y resultó ser uno de los supervivientes.
No fue hasta entonces que los vecinos pudieron entender lo que el anciano quería decir con sus palabras sobre la buena y mala suerte, y respetaron al anciano por su sabiduría.
Hay una razón detrás de todo. Por eso es difícil saber si se trata de algo bueno o algo malo solo por la apariencia.
El modismo "El anciano en la frontera perdió su caballo" se utilizaba para consolar a quienes sufren algún infortunio. La mala suerte a veces se convierte en buena y la buena puede convertirse en mala suerte.
Esto nos dice que sigamos el curso natural y nos enfrentemos a todas las ganancias y pérdidas calmadamente, sin rebosar de alegría por las ganancias que obtenemos ni tampoco estar demasiado tristes por las aparentes pérdidas.
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