En los pasados veinte años, la medicina que he tomado llenaría el cajón de un camión y el costo de las medicinas fueron más de cien mil yuanes. En lo que respecta a mi carrera, mis metas y familia, todas esas cosas que deseé, no fui capaz de alcanzarlas. Cuando llegué a la adolescencia, la enfermedad incluso empeoró. Debido a la escasez de glóbulos rojos, la primera vez de mi menstruación duró más de diez días y no podía pararla, y mi cuerpo no podía soportarlo más. Fui al hospital para una transfusión de sangre y tuvieron que darme una inyección para parar de sangrar.
Esto solucionó el problema sólo por esa vez. El siguiente y subsecuentes meses, tuve el mismo problema. Mi enfermedad rompía el corazón de mis padres. Para curarme, mis papás se contactaron con todos los hospitales dentro de todo el país y he tomado todas las medicinas que declaraban podrían curar mi enfermedad, incluyendo toda clase de terapias privadas, pero nada de eso funcionó.
Un día en 1985, sentí que mi estómago se hinchaba, todo mi cuerpo estaba débil y respiraba con dificultad. Mis padres me enviaron de inmediato al hospital y dijo el doctor que se me había roto una vena en mi estómago (había sangre en mi hinchado estómago). El doctor dijo a mis padres que necesitaba una operación, pero que las probabilidades de éxito no eran muy grandes. Era posible que no pudiera soportar la operación. Más tarde, estuvieron un par de doctores expertos que usaron medicina especial y luego paró de sangrar.
Cuando se empeoró mi enfermedad, mis células rojas fueron muy escasas. Fui revivida tantas veces. En una ocasión, la inyección y transfusión no funcionaban y finalmente me inyectaron protoplasma para salvar mi vida. Ocurría tantas veces esta clase de emergencias, ni siquiera puedo acordarme de cuántas veces. Se me rompía el corazón cuando vi que el cabello de mis padres se tornaba cano debido a la preocupación de mis enfermedades y odiaba ver que no podía usar mi cuerpo. Sentía que mi vida no tenía sentido y perdía las fuerzas para pelear mi enfermedad.
En el invierno de 1998, me visitó una amiga. Me dijo que su enfermedad había curado después de practicar Falun Gong y me sugería aprenderlo. Al mirar su saludable rojiza faz y actitud de felicidad, no podía creer que pudo haber estado enferma todo el tiempo y ahora era tan feliz y saludable. Por lo tanto comencé a preguntar, ¿es realmente tan mágico Falun Gong? Comencé a practicar Falun Gong. Al comienzo, sólo pensaba en tratar, pero después de leer el libro del Maestro y escuchar las Lecturas de sus vídeos, comprendí el propósito de la vida, del por qué vive la gente y de cómo se debe vivir. Después de continuar estudiando la Ley cambió mucho mi forma de pensar. En lo que se trata de convivir con la gente y el de hacer cosas, hice lo mejor para seguir las enseñanzas y estándares de Dafa. Mi enfermedad mejoraba cada día que pasaba y, finalmente dejé de tomar medicinas.
Mi enfermedad ahora está curada y ya no tomo medicinas. Esto me fue imposible hacerlo antes de aprender Falun Dafa. Mi condición física ahora es muy buena y ya no me resfrío. Sé que es Falun Gong que curó mi enfermedad y es el Maestro quien me dio una segunda vida.
Aquí, me agradaría usar mi propia experiencia para decirle a toda esa gente que todavía no comprende que Falun Dafa es una Vía virtuosa y que existe una ciencia profunda tras de ella, porque yo fui una de las personas que se ha beneficiado de eso.
Versión en inglés disponible en: http://www.clearharmony.net/articles/200311/16185.html
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