Desde niña siempre fui enfermiza y casi morí por un parto complicado cuando nació mi hijo. Desde entonces, me puse más y más susceptible hacia las enfermedades. He sufrido de tuberculosis, traqueitis, colecistitis, hepatitis B, soplo al corazón, artritis, gota en mis piernas e insomnio. Buscando cura a tantos achaques, visité muchos hospitales y tomé diariamente medicina oriental y/o china y occidental. La cantidad de medicamento excedía mi alimento. Gasté mucho dinero, tiempo y energía pero nada parecía funcionar. Cada día estaba más y más enferma. Cuando oí que el Qigong podía sanar algunas enfermedades, me dediqué a él. Aprendí diversas prácticas de Qigong y fui también tratada por un maestro de Qigong. Sin embargo, en vez de mejorarme, después de practicar durante un tiempo varios Qigong, algo horrible me sucedió: la piel de mi cuello se puso escamosa como la de los pescados; en mi cuello, cara y cabeza me crecieron numerosas y enormes úlceras y manchas negras, una tras otra y me aparecieron manchas negras en la cara. Estaba asustada y deprimida. Visité los mejores doctores y especialistas para la piel disponibles y me dijeron que era incurable. Justo cuando sentí que no tenía a dónde ir, fui suficientemente afortunada de encontrar Falun Dafa.
Comencé a practicar Falun Dafa el 1 de octubre de 1998, practiqué y estudié adherida a los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia. Mi xinxing (naturaleza corazón y mente, carácter moral) mejoraba mientras mi salud física cambiaba para mejor; mi cuello se normalizó y desaparecieron las manchas negras de mi cara, la piel de todo mi cuerpo se puso suave y delicada. Comencé a verme más joven y a sentirme energética. Los hospitales confirmaron que estaba curada de todas las enfermedades que sufría originalmente. En dos años de práctica, me he convertido en una persona diferente. Los cambios que he experimentado fueron un milagro de Falun Dafa.
Muchos de mis compañeros de trabajo, amigos y estudiantes recuerdan mi horrible cara. Para validar Falun Dafa, los escogí. Todos y cada uno estaban sorprendidos de ver los cambios en mí. No podían creer que todo eso fuera posible. Preguntaban qué causó tal milagro y cómo me había recuperado. Les dije que se debía a mi práctica de Falun Dafa. Que fue Falun Dafa quien me había salvado y dado una segunda oportunidad de vida. Habiendo visto todos mis cambios, ellos decían Falun Gong es bueno. No creeremos más las mentiras mostradas en la TV y en los periódicos.
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