Cumplí 14 años este año. Falun Gong me permitió tener confianza en mí y me dio los principios que permiten ser una buena persona.
Mi madre practica Falun Gong pero mi padre se opone. Cuando era una niña, mi madre me enseñó a ser una persona honrada, compasiva y tolerante. Me dijo: “Verdad es ser honrada, compasión es pensar primero en otros y tolerancia es aguantar con compasión cuando otros te maltratan”. A menudo repetía estas palabras para animarme a hacerme mejor.
Después de mi nacimiento, estaba más cerca de mi madre que de mi padre, porque mi padre raramente estaba en casa. Aguanté muchos problemas familiares. Cuando mi padre decidió divorciarse, mi custodia fue confiada a mi padre, mientras que mi hermana pequeña se quedó a vivir con mi madre. En este período, muchas cosas horribles llegaron.
Un día fui a casa de mi madre después de la escuela. Vi que su casa había sido saqueada. Mi hermana me dijo que mucha gente había venido y agarrado todas las cosas de la familia así como los libros de Falun Dafa. También se llevaron a mi madre. Salí corriendo y no podía parar de llorar pensando en mi madre. Recordé las tres palabras que mi madre me había enseñado "Verdad, Compasión y Tolerancia". Sabía que Falun Gong era bueno y que las tres palabras "Verdad, Compasión y Tolerancia" podían aportarme mucha alegría. Mi madre fue encarcelada en un centro de detención utilizado para perseguir a los practicantes de Falun Gong. Fui allí con mi abuela para verla.
En aquella época vivía siempre con mi padre. A menudo vi artículos sobre mercancías robadas que se les imputaba a los practicantes de Falun Gong. Mi padre y la tía a la que mi padre a menudo traía a casa me gritaban diciendo: "¿Viste? Es el destino de una persona que practica Falun Gong." Esta tía me obligaba a hacer a menudo todo tipo de quehaceres domésticos. Si no los hacía bien, me reñía. A veces verdaderamente tenía ganas de responder pero yo misma me decía: "Verdad, Compasión y Tolerancia es el camino de un practicante de Falun Gong".
Cuando mi madre fue liberada por el centro de detención, mi abuela me mostró videocasetes que mostraban los verdaderos hechos sobre Falun Gong. Después de haber visto las videocasetes, estuve furiosa y a la vez triste. Estaba furiosa de ver que la gente que persigue Falun Gong es muy mala, y estaba triste por los practicantes de Falun Gong que sufren a causa de esta horrible persecución. Cada vez que pienso en esto, las lágrimas fluyen por mi cara.
Que sea lo que Dios quiera, “Verdad, Compasión y Tolerancia" están grabadas para siempre en mi corazón. Espero que un día no haya más tanto odio en el mundo.
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