[Minghui Net] Meng Ke [también conocido como Mencius], que vivió entre los años 372-289 A.C., nació en el Reino de Zou, el actual Distrito Zou. Fue un gran pensador antiguo y educador en China, entre cuyas memorables frases se encuentra, “Un caballero debe ser recto y tener dignidad”, “Gobierna con virtud” y “Una persona con gran amor no tiene ningún enemigo en el mundo”.
Meng Ke viajó a varios reinos para enseñar su filosofía. El Reino Qi lo había invitado como académico imperial. El rey Qi Xuanwang le preguntó una vez, “Qihuan Gong y Jinwen Gong fueron dos reyes muy poderosos durante la Era de la Primavera y del Otoño [722-481 A.C.}. ¿Podrías contarme algo sobre ellos?”
Meng Ke dijo, “No me apetece hablar de historias sobre estos dos reyes. Si insistes, me gustaría entonces hablar de una forma de unificar el mundo con virtud”.
El Rey Qi Xuanwang preguntó, “¿Cómo puede unificarse el mundo con la virtud?”
Meng Ke respondió, “Si todo lo que haces es por el bienestar de la gente, cuando intentes unificar el mundo, nadie podrá pararte.”
Qing Xuanwang preguntó entonces, “¿Puede alguien como yo ayudar a que la gente tenga una buena vida?”
Meng Ke respondió, “Sí, tú puedes”.
Qi Xuanwang preguntó, “¿Cómo sabes que yo puedo?”
Meng Ke respondió, “Escuché una historia sobre ti. Un día, sentado en palacio, viste a alguien que pasaba tirando de una vaca, y le preguntaste, ‘¿A dónde llevas la vaca?’’A sacrificarla por adoración’, respondió el hombre. ‘¡Libera a la vaca! No puedo soportar verla temblar. La vaca no se merece morir, porque no ha hecho nada malo’.’Entonces, no sacrificaremos animales por adoración, ¿verdad?’, preguntó el hombre. Y tú dijiste, ‘¿Cómo no podemos adorar? Sacrifiquemos una oveja en su lugar’. ¿Es esta historia verdadera?”
Qi Xuanwang respondió, “Sí, era verdad”.
Meng Ke dijo entonces, “Sólo porque tienes tan buen corazón, tú puedes unificar el mundo. Cuando la gente escuchó la historia, pensaron que tú eras un avaro. Yo sabía que eso no era cierto. Lo hiciste porque no podías soportar ver a la vaca masacrada”.
Qi Xuanwang contestó, “Sí, algunos piensan eso. Aunque mi reino no es muy grande, ¿cómo podría ser tan avaro de salvar a una vaca por razones de austeridad? Realmente no quería ver una vaca asesinada”.
Meng Ke dijo, “Por favor, no culpes a estas personas por pensar así. Sólo vieron que sacrificabas a una oveja para salvar una vaca; ¿cómo podían ver ellos el profundo sentido detrás de tus acciones? Además, si realmente te importaba el inocente, ¿Cuál era entonces la diferencia entre una vaca y una oveja?”
Qi Xuanwang contestó, “Tienes razón. Ni yo mismo puedo explicarlo. Pero no hice eso por razones económicas. La gente también tiene sus razones para pensar de esa manera”.
Meng Ke dijo entonces, “No importa. Su majestad perdonó a la vaca porque usted es una buena persona; porque vio a una vaca, no a una oveja. Cuando vio que la vaca iba a ser sacrificada no pudo soportarlo. En realidad, la oveja también daba pena, como la vaca”.
Meng Ke continuó, “Pero frente a su gente, usted aprecia más la vida de un animal que la de ellos, ¿por qué? Fue como si usted fuera capaz de levantar una tonelada pero no pudiera levantar una pluma; como si pudiera ver la punta de un pelo, pero no un vagón cargado de leña. Su pueblo no puede sentir su amor y compasión. No hay dudas de por qué piensa que es usted un avaro. Su majestad no unifica el mundo con virtud; no porque no sea capaz, sino porque no quiere hacerlo”.
Qi Xuanwang preguntó entonces, “¿Cuál es la diferencia entre no querer y no poder?”
Meng Ke respondió, “Si pides a un hombre que salte sobre el Mar del Norte con la Montaña Tai bajo sus brazos, este diría, ‘No puedo hacerlo’. En verdad él no es capaz. Si le pides que rompa una pequeña rama para un anciano, éste podría decir, ‘No puedo hacerlo’. Él no quiere hacerlo, no es que sea incapaz de hacerlo. Hacer el bien para tu pueblo no es como saltar por encima del Mar del Norte con la Montaña Tai bajo tus brazos, sino que es como romper una rama para un anciano. Los sabios antiguos superan de lejos a otros, no porque tuvieran una habilidad especial, sino porque eran expertos en promover buenas causas”.
Meng Ke continuó, “Su majestad no quería hacer estas cosas por una razón: su mayor deseo es conquistar el mundo y gobernar sobre todos los reinos. Usted no puso el interés del pueblo por encima de todo. Pero, si quiere cumplir su deseo de gobernar el mundo con poder militar, no sólo fracasará sino que también provocará desastres. Por favor piense cuidadosamente. ¿Realmente quiere desplegar todos sus ejércitos, arriesgar las vidas de sus soldados y generales, hacerse enemigo de otros reinos y provocar desastres a los pueblos, sólo por su propia felicidad?”
Qi Xuanwang contestó, “No; ¿por qué me siento feliz por todos estos problemas? Lo único que quería era cumplir mi mayor deseo. No tenía ni idea de estas malas consecuencias. Ahora, después de que me lo has dicho, lo entiendo”.
Meng Ke dijo, “Si su Majestad se siente feliz cuando el pueblo es feliz, entonces el pueblo le devolverá lo mismo. Si su majestad está preocupado por los problemas del pueblo, entonces el pueblo se sentirá del mismo modo. Si su Majestad puede estar contento o triste de la misma manera que el mundo, entonces es imposible que no pueda gobernar el mundo con virtud. La gente de sitios lejanos será atraída hacia su reino; la gente que viva aquí vivirá en paz y prosperidad. La gente del mundo lo querrá y lo apoyará. ¿Quiere lograr este estado de las cosas en su reino?”
Qi Xuanwang estaba muy feliz, “Me gusta tu idea y voy a intentarlo. Espero que puedas ayudarme a conseguir este objetivo”.
Utilizando la compasión de Qi Xuanwang cuando éste perdonó a una vaca, Meng Ke fue capaz de hablarle al rey sobre la forma correcta de gobernar el mundo y finalmente lo convenció. Qi Xuanwang abandonó su plan de conquistar el mundo con fuerza militar y eligió gobernar con virtud. Como resultado, el Reino de Qi se convirtió en un lugar pacífico y próspero. El pueblo estaba agradecido por las enseñanzas de Meng Ke.
Meng Ke fue siempre cortés y honró su trato con reyes y señores, a quienes demostró sus principios, los cuales se basaban en su amor a la gente, el respeto a la vida y un gran coraje. Cuando las personas vuelven a sus pensamientos compasivos originales, pueden distinguir el bien del mal, elegir un camino brillante y entender el auténtico valor de la vida.
13 de julio de 2007
Versión en inglés:
http://www.clearwisdom.net/emh/articles/2007/8/6/88357.html
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