Hubo hace muchos años, un joven monje que vivía en un templo. Su trabajo consistía en limpiar el jardín, por lo que tenía que levantarse muy temprano cada mañana. El jardín estaba realmente muy bien cuidado, pero debía barrer las hojas caídas. No era fácil levantarse temprano en la mañana y hacer este trabajo, especialmente durante el período comprendido entre el otoño y el invierno. En los días de mucho viento, las hojas caían en grandes cantidades. Al monje le tomaba mucho tiempo limpiar, lo que le daba un gran dolor de cabeza. Él quería encontrar una manera de relajarse.
Había otro monje que pensaba que era inteligente. Le dijo: ¿Por qué no sacudes violentamente los árboles mañana por la mañana antes del trabajo? Todas las hojas secas caerán, así no tendrás hojas que barrer dos días después. “El joven monje pensó que era una buena idea. Al día siguiente, se levantó muy temprano y sacudió todos los árboles con todas sus fuerzas y esperando de este modo poder limpiar todas las hojas de una vez, así podría aprovechar todo el día siguiente. Pero al día siguiente, fue al jardín y estuvo sorprendido de ver que el suelo estaba recubierto de hojas. El maestro del templo vio la cara triste del monje y le preguntó la razón. El joven monje le contó lo que le había sucedido, y el maestro le dice: " Hijo, poca importancia tiene con cuanta fuerza sacudas al árbol, mañana las hojas continuarán cayendo de todos modos".
Hay muchas cosas en el mundo que no se puede cambiar, ya que fueron arregladas por la providencia. El mejor enfoque es entender el presente y mantener los pies en el suelo. No debemos esperar demasiado de mañana, ya que hay muchas cosas desconocidas en el futuro. Lo que se percibe del futuro no siempre está claro, debido a algunos factores de inestabilidad, que son difíciles de captar, comprender y descubrir. Si se espera para el futuro, este tiempo se perderá y se desaprovecharán las buenas oportunidades.
Sólo el presente es real, ya que los éxitos y los fracasos del pasado de una persona no son importantes en su modo de vida de hoy. El dolor y las lágrimas del pasado no se pueden limpiar a día de hoy y los sueños de ayer no pueden convertirse en realidad. Si uno comprende el presente, significa que ha captado el momento esencial. Esto también significa que si una semilla, buena y sincera se siembra en el rico suelo del presente, un resultado deseado y feliz será alcanzado en el futuro.
Traducido de: http://xinsheng.net/xs/articles/gb/2007/11/2/41778.htm
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