Historias de la Antigua China: Las Tres Flautas Sagradas

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«Lu Xiangjun era un hombre de negocios que vivía cerca del lago Dongting. El frecuentemente vendía pescados y camarones del lago Dongting a las ciudades en Jiangxi. Solo se quedaba con un décimo del grueso de las ventas como sus ganancias. Si le sobraba dinero después de tomar lo suyo, ayudaría a sus parientes pobres y amigos, y si aun le quedaba algo, se lo daría a los pobres.

Lu Xiangjun fue un buen flautista. Cada vez que el cruzaba por un bonito lugar con una vista pintoresca del lago, remaría en su bote hasta el otro lado y anclaría para tocar su flauta. Una noche, a mitad de la primavera, bajo la luna, Lu Xiangjun remó hasta Jun Hill él mismo para relajarse y tomar unos tragos. Luego de terminar cada copa, tocaba su flauta. Repentinamente vio un bote de pesca que se aproximaba entre la neblina. Cuando el bote estuvo más cerca, vio un anciano, con cabellos blancos y frondosas cejas, manejando el bote. El aura del anciano parecía fuera de lo común.

Lu dejo su flauta y se paró para darle la bienvenida. El anciano ató su bote junto con el de Lu y subió a bordo. Luego de los saludos convencionales, el anciano dijo: “He escuchado tu flauta fuerte y claramente. Pensé que tu música era extraordinaria, entonces vine para conocerte”.

Espantado, Lu Xiangjun no dijo nada. Luego de compartir unos tragos, el anciano dijo: “Cuando era chico, aprendí a tocar la flauta. ¿Puedo enseñarte?”

Lu Xiangjun estaba ansioso por aprender, entonces se paro para prestarle atención al anciano y replicó: “Me gustaría ser tu último estudiante”.

El anciano tomó tres flautas de sus mangas. La más grande requería de los dos brazos para sostenerla. La segunda era del tamaño usual, y la tercera era tan pequeña como un pincel. Lu Xiangjun ofreció sus respetos al anciano y le pidió que toque.

El anciano dijo: “no puedo tocar la flauta más grande. Tampoco puedo tocar la segunda. Puedo tocar la más pequeña para ti, pero no estoy seguro de sí puedo terminar una canción”.

Lu Xiangjun contestó: “Me gustaría saber más acerca de las dos flautas que no puede tocar”.

El anciano dijo: “La más grande solía estar en el cielo donde era tocada por los dioses y diosas. Si la tocara en el mundo humano, los humanos y la tierra desaparecerían. El sol y la luna perderían su luz y los cinco planetas – Venus, Júpiter, Mercurio, Marte, y Saturno – se desviarían. Las montañas colapsarían. Sin siquiera mencionar las otras calamidades que ocurrirían.

La segunda es para las deidades en las cuevas en Penglai, en las Islas Yegu, y en las Montañas Inmortales, así como la reina Madre Wang en la Montañas Kulun. Si toco esta flauta en el mundo humano, piedras y arena volarán por los cielos y las aves voladoras caerán al suelo. Las cabezas de los animales se quebrarán, sus órganos internos serán perturbados y todas las vidas jóvenes morirán de un shock. Los seres humanos no tendrán chances. No quiero ni siquiera mencionar los otros efectos.

Toco la más pequeña para entretener a mis amigos. Todo y todos los seres humanos en el mundo pueden escucharla, pero tan pronto la toque, ellos se sentirán conmocionados. Por esto, no estoy seguro si puedo terminar incluso una canción”.

Luego de esas palabras, sacó la tercera flauta y tocó tres notas. Repentinamente hubo un ventarrón en el lago que excitó violentas olas que sacó a los peces y tortugas del agua. Lu Xiangjun y sus sirvientes estaban asustados. Luego de cinco o seis notas, los pájaros y los animales en Jun Hill gritaban y aullaban, y la luna menguó. Los botes en el lago se ladearon tanto que las personas en ellos entraron en pánico.

El anciano inmediatamente terminó de tocar. Luego de tomar varias copas más de licor, recitó un poema:

El anciano del lago lee los libros de Huang Di y Laoz.
Sentado en el verde pasto, el sostiene glicina en sus manos.
En primavera, nadie sabe cuan profundo es el lago.
Cuando el sol se pone, nadie recuerda la carretera Baling.
*[ahora en la provincia de Hunan, China]

El anciano tomó unos tragos más y le dijo a Lu Xiangjun: “El próximo otoño, me encontraré contigo aquí nuevamente”. Luego el remó lejos y desapareció del lago.

El siguiente otoño, Lu Xiangjun llegó temprano para esperar al anciano al pie del Jun Hill, pero el nunca apareció.

Referencia: Un amplio registro de Eventos Extraordinarios (Bo Yishi)


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