Podemos apartar la cara de los activistas detestables, pero manifestaciones honestas y plenas de consideración merecen nuestra atención.
En contraste absoluto con los grupos ordinarios de manifestantes que andan vagabundeando sobre el Campus, podemos ver en los alrededores de la Universidad de Nueva York un nuevo tipo de activistas. Al defender la causa de Falun Gong, un grupo perseguido por el gobierno chino, estos manifestantes, constituidos la mayoría por gente de cierta edad de descendencia asiática, tratan de despertar las conciencias en América sobre el gobierno chino ultra represivo.
Estos manifestantes principalmente se sientan en meditación, a diferencia de los manifestantes normales (y el término “normal” es utilizado aquí en sentido amplio) a los cuales estamos acostumbrados. Su mensaje principalmente es transmitido por carteles o folletos distribuidos por uno de ellos de manera cortés.
No gritan, no se precipitan para acercarse brutalmente a los transeúntes. Los miembros del movimiento Falun Gong son unos activistas amables y corteses.
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Es verdad que los activistas de otras cuestiones más ampliamente reconocidas (como Irak o el terrorismo) obtienen también una cantidad de desaire, pero parece que el cortés Falun Gong obtiene más parte equitativa.
En parte, es porque Falun Gong no recurre a las maneras excéntricas y a menudo ilegales de protestar de otros activistas. Es probable que nunca un miembro de Falun Gong agredirá a un policía de Nueva York que simplemente trata de hacer su trabajo.
Los miembros de Falun Gong jamás serán detenidos por hacer que se suspenda un acontecimiento privado. Si este tipo de bufonadas criminales puede llamar la atención de otros grupos de activistas, no es el estilo de Falun Gong, y por esto, los ciudadanos deberían sentirse agradecidos.
A diferencia de otros manifestantes, los miembros activos de Falun Gong se aseguran de que sus actividades estén bien vinculadas a sus fines. Cuando meditan tranquilamente en el campus, demuestran que lo que quieren es tener derecho a hacerlo en su propio país. Cuando los manifestantes anti Bush bajan por decenas en bicicleta por las calles atestadas, no dicen nada sobre sus intenciones.
Los miembros de Falun Gong no forman parte de la izquierda o la derecha escandalosa; no tienen el equivalente de un Rush Limbaugh o de un Michael Moore. Estos manifestantes son unos tipos gentiles que son ignorados.
Como estudiantes de una supuesta institución de alto saber, formando parte de lo que se considera una "universidad global" y como ciudadanos de un país, lo que gusta o no, es sólo el superpoder que se queda en el mundo, es nuestro deber prestar atención a los manifestantes como los miembros de Falun Gong. No podemos hastiarnos por el flujo de los activistas detestables e ignorar a los que de hecho tienen algo importante que decir y están dispuestos a hacerlo de manera civilizada.
Estos miembros del movimiento Falun Gong sirven de modelo para los activistas dondequiera que estén. Prestan servicio al mundo y a nosotros, no sólo despertando nuestra conciencia a propósito de una cuestión importante, sino también mostrándonos que las manifestaciones no deben ser forzosamente detestables.
Les debemos por lo menos un pequeño esfuerzo de nuestra parte para asegurar que, por una vez, la gente buena no son los últimos.
Will Phung es cronista del Washington Square News.
Traducción no oficial del inglés
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